Radio Clásica

El Club de lectura leo luego existo

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Un sabado de aventuras en el Cusco. Foto de ¡Eps!
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lunes, 28 de abril de 2008

Una obra de teatro

Aunque en la actualidad están presentándose un conjunto de obras de teatro, las más sorprendetes son las que uno descubre por casualidad. Pero es bueno darle una ojeada a las obras que se dan continuamente.

Kusikay y también PUNTA PUNTA KARAHO Q'ATQA QOLLANA KARAHO parecen obras de teatro interesantes, aunque recién las voy a ver, pero en el caso de la segunda obra, hace un tiempo revise la versión escrita y me pareció fascinante.

El teatro nos muestra esa cara de la vida, tan misteriosa y parecida a nosotros, pero a la vez tan distinta. En Kusikay, por las imágenes que se muestran, tan impresionantes todas ellas, hay algo increíble; mito y realidad parecen sacarle la vuelta a la noche oscura del cuerpo, parafraseando a Eielson.

lunes, 21 de abril de 2008



Este fragmento lo encontre en un lugar de multimedia, así que espero que sea de interes de alguien. Es como el recuerdo de algo que sucedió hace poco.


Esta semana me tocó revivir mi época de estudiante en la que me tocaba tragar horas y horas de tren, así que aprovechando me decidí a empezar (y acabar) un libro que tenía pendiente desde que me lo regaló hace un tiempo mi hermana.

Se trata de “El señor del Caos” de Jonathan Rabb. El Título original es “The overseer” , que traducido sería “el supervisor”. Por una vez debo decir que me gusta mas el título en español que el equivalente en inglés, tiene mas que ver con la historia.

El libro gira en torno a un manuscrito del siglo XVI titulado “sobre la supremacía” y que al parecer contenía un plan para obtener el dominio mundial provocando el caos. Es un libro entretenido que se lee muy rápido y que gracias a Dios abandona las teorías en torno a manuscritos sobre la vida de Jesús y similares que tanto proliferan desde el código Da Vinci.
Otro libro del autor que no tiene nada que ver con este tema es “La conspiración de los herejes” (The book of Q), sobre la secta de los maniqueos y el posible desmembramiento de la iglesia católica si se descubren sus enseñanzas.

Seguiré con recomendaciones para viajes en tren si hay alguien interesado.

lunes, 7 de abril de 2008

El Cine del Puklla

Es temprano aún, la gente empieza a entrar en la sala de proyecciones, se siente un aroma nuevo, como si la película tuviera ese aroma. Poco a poco la sala se va llenando de espectadores. Uno de ellos lleva un cigarro que no enciende, pero que está ahí, como un testigo de lo que ocurre. El aliento de las personas deja ver el traslucir de algo que parece ser una neblina. Las gradas de la entrada, los libros que están arriba en la biblioteca y la gente que entra se mezclan. La proyección del film tarda un poco, algunos empiezan a impacientarse, hacen cara de querer salir, de querer irse y, de pronto, se nota una luz.

En esta ocasión la película es el "Pequeño salvaje" de Françoise Truffaut, pero antes se da un corto interesante. Es sobre un bosque de piedras en Cerro de Pasco que, además, ha ganado un premio a nivel nacional "Los gigantes, Alcibiades y el Bosque de Piedras", del director Miguel de la Barra Goméz, que trata de como Alcibiades, su cuidante, empezó a ser el amigo de este lugar enigmático. La gente observa admirada la cinta, todos están concentrados en el cuidante del bosque y en las gigantescas piedras; aparecen figuras de elefantes, de condores, de personas que alguna vez pasaron por esos lares.

Unas chicas observan todo desde un lugar poco visible, algo oculto, detrás de todos, sonriendo, mientras que Beto, así le dicen todos a Cesar Alberto, observa el panel en el que se refleja la película. Beto es uno de los organizadores de las proyecciones de los films, es un amante del cine y también de las mujeres bonitas. Siempre está sonriendo, o casí siempre, a veces puede que este molesto, a pesar de sonreír. Él inicia la cinta con algunas recomendaciones, en ocasiones las cambia, en momentos todo cambia en este lugar, y es que, por un instante, es como estar en medio de la aventura, pasándola bien o mal. Sientes a los gigantes de piedras y luego observas al pequeño Salvaje.

Muchas personas van continuamente al cine del Puklla, puede que se por su afán de observar y analizar las cosas. En muchas ocasiones ellos, luego de las proyecciones, hacen comentarios sobre la película, lo bueno, lo malo de ella, lo extraordinario, también. Por lo común siempre conversan de uno que otro tema, de música, de deportes, de la filosofía del amor; aunque, en esta oportunidad hablan, con intensidad, de las películas que han visto.

Al ver la sala casi llena, se nota que algo imperceptible al principio, y luego extraordinario, pasa, se advierte la confluencia de muchas experiencias, cada persona ve la cinta de una forma peculiar, unos están atentos, absortos, otros hacen un gesto de molestia, los más críticos, alguien un tanto distraido ve la cinta un momento y luego empieza a ver otros lugares, un recuerdo, una idea, la experiencia personal se mezcla con otras experiencias, en medio del film. Truffaut quiere decirnos algo, y lo dice, insistentemente, puede que sin quererlo nosotros cambiemos sus palabras, sus imagenes e incluso sus motivos en medio de la película, y de que su rostro se haga, con el tiempo, parte de un recuerdo, de uno interesante.

Luego de la función la gente sale del cine, saboreando aún el café que se ha servido en medio de la plática de las películas, y es que se sirve un café caliente y muy rico, no se piense en una discusión acalorada o eufórica ni mucho menos. Unos turistas sonríen agradecidos, pero un señor se queda un momento más, es el que llevaba el cigarrillo, otros dejan solitaria la sala de proyecciones. Al final se encuentra la puerta, y, tras ella, la calle Awaqpinta y un largo, ahora, corto camino que recorrer. Los gigantes están descansando.