Radio Clásica

El Club de lectura leo luego existo

El Club de lectura leo luego existo
Un sabado de aventuras en el Cusco. Foto de ¡Eps!
Powered By Blogger

lunes, 29 de diciembre de 2008

Una historia parecida

Es curioso como uno ve las cosas. Lo relativo y todo eso, también es curioso como se deja atrás el pasado y al mismo tiempo se lo recuerda. Por otra parte no se dejan muchas cosas, un libro viejo, un amor, una familia, en ocasiones una ilusión. Se pueden dejar los boletos del avión y subir en un aeroplano y volar por los cielos. Recuerdo que en una ocasión perdí una llave, o en todo caso la olvide, era una suerte el haber olvidado la llave, pero de esto me di cuenta mucho tiempo después. Si es que hubiera llevado la llave habría entrado en la habitación de mi amigo y encontrado a unos encapuchados en casa, seguramente me hubieran disparado o lo que es peor, hasta mancillado el honor de el cuerpo que llevo, pero por suerte no entre en la habitación. Alguien que si entro y sin llave fue mi perrito Duzeldorf, no sé si es que alguien lo haya visto hace algún tiempo, era un perrito que le ladraba a todo lo que andaba en la calle, a los autos, bicicletas, triciclos, motos e incluso a los abuelitos, a los amigos de mi amigo, a los vecinos de él. Al día siguiente de lo que les cuento un asombrado Justino, entro en su cuarto y no vio nada, los ladrones se habían llevado todo y él estaba morado, pero por suerte yo olvide la llave, por suerte él entro luego de un día, aunque Duzeldorf no pueda contar la misma historia...

viernes, 19 de diciembre de 2008

Algunas notas

El eterno marido, la amante, los enamorados. Una voz en casa a la hora en que sale la señora que vive con alguien y no nos escucha. Un hombre invisible y otro gigante y que por eso mismo no vemos. Los gigantes son curiosos, los hombres altos, como el aire que no vemos.

El espejismo del desierto, la noche en que ella se despierta y te respira en el rostro, cuando ambos escapan de los soldados que los persiguen, en el momento en que están apretujados en una tienda y duermen, no solo eso, sino que cada uno en el cuerpo del otro, sin saber si al día siguiente se podrán ver los rostros.

La montaña, otra vez, el deseo, la película...otra vez, por qué Abril sera el mes y en Mayo el rostro se vestirá para invierno en Junio, con las medias de Julio y la voz de Agosto, hasta luego Agosto y otra vez la sensación de Diciembres en Navidad.Pero que entenderán de esto los amantes, los poetas y los científicos, unos dirán que en medio de todo vive el mes de lo amores, otros que en medio de la palabra hay sentimientos de odio y cariño, para otros la lógica apriori les indicara que es mejor el calor al frío, pero todos seguramente coincidirán en que es relativo el tiempo, sobre todo cuando se ama, se escribe y se crea.

Es la voz que se escucha en la noche, cuando todo comienza y todo termina, pero es la luz la que nos permite crear casi todo, inventarlo o pensar que lo inventamos, sin duda es en ella en la que se puede hacer algo nuevo, ya que la noche es en sí misma una forma de claridad, de otra clase, mientras que en el alba alguien muerto puede revivir y hacer que el mito se conjugue con la realidad, con las palabras y el retoño de Otoño en Primavera, cuando la voz de Julissa se acerca y se aleja, mientras Pedro la espera y en la montaña los gigantes se sinceran y se dejan ver, gigantes invisibles que le hablan a la gente, observandonos en la noche, como quien ve un sueño y añora un amor, una amistad y la casa muy junto a la selva y una taza de chocolate y sonrisas, casí por siempre...

jueves, 11 de diciembre de 2008

Aventura en el cine.



El otro día vi una película peruana titulada la Muralla Verde, de Armando Robles Godoy, un filme que se presentó por el festival de cine Peruano, en la calle Awaqpinta, es decir en la biblioteca del Puklla. El festival es los días viernes y sábados del mes de Diciembre y comienza a las 7 de la noche. Estaba ahí, sentado, observando el filme, ya no había ido el señor del cigarro de la otra vez. Todo estaba más tranquilo, los libros y la gente se movían a otro ritmo, afuera los afiches de las películas nos mostraban a actores conocidos y a otros que no lo eran tanto.

La película dio comienzo a una aventura. Ella era sobre un hombre que iba a la selva, dejando atrás todo, su trabajo, sus amigos e incluso a sus recuerdos, aunque estos lo seguirían por mucho tiempo, por más del que uno podría creer. El hombre quería vivir en la selva y tener su hogar, pero la burocracia, cual un mundo Kafkiano, hacía que esto casi sea imposible. Parecía ser que el gobierno no quisiera que el protagonista de la película, cuya interpretación la hace Julio Alemán, viva en la selva.
En medio de la función la cinta ya no da para más. Beto dice que es una de las pocas copias que hay en el mundo, de las pocas que se pueden ver y que lo siente. Las personas empiezan a salir del cine, pero un grupo de ellas no lo hace. Después de un momento se escucha la voz del joven que trajo la cinta desde Lima. Ahora parece ser, dice y mientras tanto las pocas personas que se han quedado comienzan a hablar del cine y otras cosas. Un señor que vivía en un cine nos dice que es bueno que se conozca esta cinta de Robles Godoy, que es un director que hace un cine muy experimental y en esta cinta está su mejor logro, aquel que vive entre los sueños y la realidad. El encargado de la muestra agrega que por que en ella hay como un equilibrio entre lo narrativo y lo experimental, el lenguaje cinematográfico del que Godoy es un celoso guardián.

Es la peor presentación de mejor y más bella película del Perú, dice uno de los asistentes medio en broma. Alguien dice por ahí con un tono premonitorio, ahora ya es hora de que la veamos. En la sala están Marco Panasonic Vega, Beto, Lauria y unos cuantos espectadores más, son solo unos cinco o seis pero suficientes para ver de nuevo la película o para seguir observandola.
En el ínterin, de entre los espectadores curiosos alguien se levanta, y es que uno de ellos avanza un poco, con pasos tranquilos, algo calmos, eso sí, coloca rapidamente la película y ahora, es justo, en este momento, que la cinta empieza a desplazarse cual un amante tranquilo y luego apasionado. Se escucha la voz del protagonista cuando va a hacer unos tramites a la ciudad, mientras en la selva se oye el lamento y la alegría de una joven y de su hijo que juega en su propia ciudad, una hecha por él para traer algo del otro lado de la selva. Es como si la urbe fuera absorvida por la selva y no al revés.

Luego de un par de horas la película termina y todos sentimos una mezcla de sentimientos y sensaciones, alegría, pena, asombro, otros están más sorprendidos aún, incluso Beto, incluso Lauria y Marco Panatonic, que ahora, justo para este día se ha cortado el cabello, supongo en señal de respeto para la cinta. El señor que vivía en el cine y que me entero que se llama Jorge, nos dice que en la película han actuado el tío de Gian Marco, incluso nos comenta que las grabaciones han sido realizadas en forma artesanal, es decir que las voces han sido dobladas. Tanto Jorge como el joven de la unmsm, que me dicen se llama Carlos y que es el encargado de la muestra de la Muralla Verde, han hecho cursos de cine con Robles Godoy. Es interesante ver y escuchar esto, mientras la balsa avanza poco a poco por en medio de la selva y de la espesura de la noche.