Radio Clásica

El Club de lectura leo luego existo

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Un sabado de aventuras en el Cusco. Foto de ¡Eps!
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jueves, 31 de enero de 2008

Tres autores argentinos





José Hernández

Es interesante como se relacionan ciertas cosas en la vida, bueno, es verdad que todo, de algún modo, forma parte de una unidad, pero poco a poco, dentro de la vida, las cosas tienden a tener características peculiares y significados nuevos. Martín Fierro, de José Hernández es probablemente una historia que está dentro de lo que se podría denominar la historia que conversa con otras historias. Borges procuraba que sus cuentos tiendan al habla popular, en esto coincidió con Hernández, pero hay una nota peculiar. El castellano que se habla en Argentina es quizás el que más se asemeja al de las licencias literarias. El mismo carácter del argentino, su posición, un tanto privilegiado, en cuanto se refiere a retruécanos y cambios de la voz, es decir, del habla, entendiéndose esta como la voz del que habla y se enreda, para salir luego con una frase más sencilla, todo eso nos muestra que cuando en un lugar se encuentra la pampa y la ciudad, sudecen cosas como esta.


La voz de "El Perseguidor", una surreal, también, a pesar de ser diferente a la de Borges y de Hernández, refleja cierta tensión entre lo que se dice y lo que se debe decir, algo que a la vez, enriquece el lenguaje, no solo del que habla o conversa, sino también del que quiere quedar en silencio. Pero más allá de todo eso se ve un mundo de belleza, un conjunto de historias que seguramente, como en el cuento "el otro duelo", de Borges, nos llevan a enterarnos de que a veces las cosas, por causas extrañas y rumbos distintos, se entretejen, de tal suerte que a la postre todo ocurre como debió de ser, es decir como no se esperaba que fuera o algo así.


En el "Martín Fierro" de Hernández, la belleza radica en el canto del payador, del que vive en constante encuentro con las cosas y las situaciones, de quien asimila cierta sabiduría, popular por cierto, que a la vez está emparentada con la sabiduría de otros pueblos. En el perseguidor el drama es parecido, no tanto por las voces, pero si por la resonancia de lo dramático dentro de la vida de quienes están construyendo o destruyendo un destino común, la cuestión ahora está en el arte y en quien lo hace, así como en Jorge Luís y en Miguel, en Cortazar, se hace también cuestión de estas cosas tan comunes y a la vez tan importantes, se habla, en ellos, de la vida, del cantor, del asesino, del artista, del que cuenta con experiencias y también con algunas penas: Esto esta bueno, pue empecemos.

miércoles, 30 de enero de 2008

Moradas y visiones del amor entero [lima, 1942]
Jorge Eduardo Eielson



Quedó la muerte aniquilada
y convertida en victoria.
Marcos, vi, 3



¡Oh Amor, pasto invisible
De mi corazón, qué lejos
A tus calladas posadas con hambre
De amanecer me llego,
Primera faz del gozo,
Consuelo abierto
Entre dormidos pétalos,
Qué blanco tu martirio,
Tu eternidad —tu edad—
Tus últimos ojos abiertos
De quien te asila esplendor!
Señor en un níveo rosal transfigurado
De ti quedan las rosas,
El blanco de los días que te exclama.

¿En qué nuevos hilos tu luz
Descenderá, y rodeándote
El interior de la tierra
A adorarte acudirá?
Ved esta sombra esperanzada,
Estos brazos levantados
Y el afanoso vivir que los sepulta:
¡Oh amargura de existir,
De soñar tan sólo acostumbrado!
¡El incendio —estoy en llamas puras—
De tu imagen en mi pensamiento!
Nada aqueja ya tu cielo
Tu reinado las tardes esparcen.
¡El sol de tus brazos abiertos!
Y espuma blanca es tu perfil
Entre las rocas.
Mas quién pudiera una noche
Robarse tu muerte divina
Hablarte cuando todos callan
Rodearte ¡oh mortal maravilla!
En polvo, cuando todos hablan.
Y cual los escombros que aguardan caer
Desde sus sombras inertes,
Dejados por su curso de astro plebe,
Hacer de ti un castillo inútil
Habitado por un pensamiento.

Nocturnamente el corazón
De tus labriegos brilla, Señor;
Y cuando llueve, intactas aguas;
Cuando hablas, queda luz
De voces en el aire desvelado:
Escuchan lo que callas,
La música mejor, lo transparente,
El paso de los días de alegría,
La dicha enmudecida por los años,
El sordo, atroz redoble
De tus maderos cruzados
Ante tus brazos abiertos.
Entonces, cuando nos dejes,
No habrá remedio en la luz ni en el aire
Pequeño de nuestro respiro,
Ni en las grandes cenizas,
Ni en la falta de dolor.
(Pero cuando tus manos
De las mías sabias y tus pies
De mis pasos se cansen,
Cuando solo, cenital, desordenado,
El mineral de mis gestos ceda,
Qué suave y seguro tu regreso,
Tu rostro de perla sobre el mío,
Pañuelo pálido y divino).

Te ven mis ojos, Señor,
Te ven mis manos y mis pies,
A cada instante mío, mis actos
De nieve son, chispazos de oro puro,
Pues en mí ya estás, todo en llamas,
En las casas hundidas de sol
Repartido a tus pastores
A los sagrados bosques donde habita
Tu antigua, azul paciencia.
Quién como tú pudiera, lejos
Desde su quieto retiro
Desde su morada de astros
A los oscuros corazones acercarse,
Convidar sus faenas al destello. ¡Oh reposo,
De tantas horas y de nunca,
Los azules auxilios perdidos
Cual la espuma en el océano,
La quietud del misterio paralelo
A tus dos brazos!

¡Oh Padre
De las hortalizas y las nubes,
Consejero de reyes y mendigos,
Se te encuentra a colmo, dormido, despierto,
Hundido en telarañas, amado
Extensamente hasta el residuo,
Hasta el amago celeste de los huesos!
Santo abrigo para mí,
Perdóname si traspasado,
Anegado de anhelos me hundo
En la alba nada, si me ahogo
En solitarios fuegos míos,
En la voluntad que yace
En lo profundo de cada acto
Desmembrada. Que ya todo lo oculta
El velo de tu sangre,
La esencia perenne de tu ausencia.
¡Oh viento mío, que en el follaje
Te agitas, cual infinito pecho,
En flores, en pasos, en polvo y sonido:
Tus libertades son gracias,
Leña maravillosa, leña azul que arde
En iris de luz profunda!
¡La luz que rige el cielo en auge,
Con su semblante de oro,
Con su seguro, atroz metal!

En la noche,
Señor de los ciervos escondidos,
Corazón sin paso entre esplendores,
Quien olvidado en sus instantes
Sus pastorales horas mata
Sólo en su calma
Indestructible soledad
Su vida ha de entregar
Su vida —sombra buena—
De tu brillante espejo armada.
En la noche, Señor,
Más acá de lo que dura y del amor
Librado a tu servicio,
En las algas rendidas y los peces,
En la delgada greda inculta,
O el sabio pasado durmiente,
Rutilando en miserable tornasol,
En tierna guerra caigo. Y aún a veces
Cuando hasta el bien desciende
En menesteres de lanza,
¿En qué búsqueda tenaz, terrestre,
Corazón perdido en rayos
De luz celeste, en crudo río
De culpas me aventuro y muero?
¿Por qué, Señor, tan solo,
Blanco amor y autor de mi sombra,
Náufrago natural me dejas
Entre islas de sombras y fuego?
¿O acaso, cual cantar en silencio urdido,
Cual la ligera araña o el gozo,
Secretamente, desde tus cielos,
Tocado de humilde apariencia
Bajas para siempre hasta mi amor,
Hasta mi luz, divino inanimado,
En otra luz?



J.E.E. Moradas y visiones del amor eterno

martes, 8 de enero de 2008


La pintura.


Ademar era un tipo normal, por como lo veían los demás; casi con las mismas preocupaciones de todos los hombres. Su aspecto era curioso por lo de la barba y los lentes, muchos otros lo tenían, es decir ese aspecto, pero en este caso, como se trataba de él, esto no era normal para sus vecinos. Al verse al espejo veía como se le reflejaba el tufillo del cigarrillo, mientras trataba, a toda prisa de terminar lo que estaba haciendo. Ya en plena calle, observo a una joven, era muy linda, pero sólo era una foto. Estaba un poco cansado por lo de su trabajo, era pintor. Al entrar en el foco de su pequeña guarida, en donde se resguardaba de todo, reflexionó sobre las palabras que sus padre le dijo alguna vez: " si pones goma en tus manos puede que borren las lineas que tienes en las palmas". Trataba de no colocar goma en sus manos, a lo más el color rojo se le mezclaba con el azul y el amarillo. Otro joven entraba, con algunos tropiezos, en la sala de cuadros.
- Qué haces - dijo Carlos -, es que no sabias que hoy es feriado, mejor ve a tu casa, o si quieres podemos ir a la playa, si es que quieres - agrego el joven -, está haciendo un buen sol, vamos no quedras quedarte solo en tu casa. Con tus hermanos y tu sobrina.
- No sabia que era feriado, pero y tú qué haces aquí. No deberías de estar en tu casa, acaso no es feriado - dijo Ademar algo molesto, y también un poco sonriente e irónico - y eso de la playa es verdad. Si quieres vamos. Yo tengo tiempo hoy, y además hace tiempo que no estoy nadando un poco - se froto uno de los ojos y luego agrego, no quiero quedarme quieto, eso de quedarse quieto es peligroso.
Una figura permanecía mirándolos. Una de sus pinturas, quizás preguntándose que hacían los jóvenes, ya que no pintaban, esto era poco cotidiano, ellos siempre estaban con sus pinceles.
- No sé a que te refieres, pero claro que es peligroso. El otro día me quede quieto, estaba resfriado, y me desespere mucho - repuso Ademar. Pero ahora se puso a sacar lo que había venido a buscar -. Estoy tratando de encontrar una caja que deje ayer - agrego, con una pequeña mueca.
- Es esta. Te espero. Vas ha estar super cansado y relajado después del partido, ya te quiero ver en la tarde.
.......

En la noche, a la hora en que Ademar va a soñar, como siempre, se da cuenta que ha invitado a salir a una joven a la que trata de conquistar, no puede ser que recién lo recuerde, pero aún hay tiempo. Se alista y mientras trata de que sus barbas se acomoden, se dirige a la puerta. Luego de unas calles se encuentra con ella, en una plaza de esas que no conocemos y que son casi sacadas de nuestros recuerdos, de aquellos que no tenemos hasta que pasan la plaza y el tiempo, y nosotros en ella.
- Pense que lo ibas a olvidar - dijo la joven, con algo de molestia, por el retraso – es un poco tarde.
- Cómo te va, yo - dijo el joven, con algo de picardia -, como crees, si tengo una buena memoria. Es que las mujeres se tardan en arreglarse, entonces pense que ibas a demorarte, por eso me quede un rato
la joven miro a su amigo, tratando de averiguar, con los gestos, si aquello era verdad. Ellos se conocieron en una fiesta. Ella es estudiante de artes plasticas. Es muy inteligente y graciosa. El día que se conocieron él le pregunto algo, mientras ella ignoraba todo lo que le rodeaba. Esta pregunta, como lo que ocurrió después, fueron parte de una noche de extraña diversión. Ella se le acerco y le dio la respuesta, que más o menos era otra pregunta. Ante tantas cuestiones, ambos y por complicidad, dejaron que todo pasara, menos la pieza de baile, así que bailaron. Eso hace unos meses, casi un año.
- Recuerdo que pasamos buenos momentos - repuso el joven -, pero es curioso que tú solamente quieras ser mi amiga. Es decir, han pasado tantas cosas y esta bien. Yo sólo soy un pintor, que no tiene un carro como tus amigos, pero por lo menos dame una oportunidad. Veraz que en el futuro mi obra va ha ser muy conocida y que incluso pueda que sea muy famoso, ya ha pasado antes, han habido tantos otros pintores famosos - trato de tocar el rostro de la joven, después agrego:-. Luego de eso estuvimos saliendo un tiempo y creo que te caigo bien.
- Dahli, Zislo, El Bosco, - dijo la joven - tú quieres ser como ellos, pero es que yo no veo eso en tu pintura. En lo de caerme bien, en eso si tienes razón. Eres un gran amigo
El se puso algo nervioso. La luz del farol ya no era tan clara.
- Escuchame – dijo Ademar -, quiero decirte algo importante. Por favor.
- Es mejor que seamos amigos, esto de creer que puedes ser bueno, en todo caso, es una posibilidad. Hay tantas. - agrego la joven - Mejor seamos amigos, eres un buen chico, pero por el momento quiero estar sola. Yo aprecio tu amistad, es interesante estar con alguien que crea sueños y que refleja sus pesadillas - trato de alejarse de Ademar :-. Aquella vez que viste la pintura de Van Hayek, te estaba observando, aunque no lo notabas.
Las manos, observo sus manos para ver si era él quien estaba ahí, a veces, por un juego de las formas pensaba no estar. Un auto, probablemente esos que se llevan las luces de los semaforos, paso raudo, dio un brinco, mientras las personas escuchaban los gritos, como los de Bunch, o los de Wagner en la Walquiria. El auto, por esas casualidades que siempre pasan, se dirigió al joven, que resignado, recibió, no solo la impresión, sino además el peso de aquella furgoneta. Ella miro al pintor, aun en el suelo.
.......

Ademar entro en su habitación, las manos, era como si las palabras de su padre le hicieran darse cuenta de que era otro, las lineas, habían desaparecido. Pero lo que le sorprendió más era que en su cuarto, estaba la caja de su amigo, aquella de la tienda. La vio, y las dudas lo tocaron. Al observarse en el espejo no vio nada, pero al ver en una de las mesas, una foto, miro la de su amigo. Era la habitación de Carlos y él no estaba ahí. Esto lo turbo más aún, trato de tirar las cosas, pero no pudo. Al recordar lo de su cita, fue a buscar a Roxana, tal vez ella si lo veria. Pero desistio al ver que la puerta, por más que lo intentaba no abría, era preciso esperar a alguien para que la abra, no quería atravezarla, no quería saber si estaba muerto. Espero un rato y luego, al ver un cuadro con un paisaje, fue a ver a Roxana. Ella estaba, extrañamente, en una pintura, mirándolo, sonriendole y él, luego de dudarlo un poco, entro en ella, para quedarse junto a la joven, a un olmo y una casa del campo. Un canción se escuchaba en la radio. Mientras que el reloj hacia esos pequeños sonidos, como de tambores pequeños. Carlos entró a la habitación para hacer su pintura.

sábado, 5 de enero de 2008

Sobre los sueños

Sobre los sueños.



Se cree que los sueños son estados del alma, estados pristinos y lejanos de premeditaciones conscientes. La verdad es que es dificil saber si un sueño, visto de esta forma, es parte de lo razonable. La busqueda de los sueños, la interpretación de ellos. Hace algun tiempo, no hace mucho, se hicieron investigaciones, bueno, alguien me dijo que escucho en alguna parte que desde el año 80 e incluso antes, las personas estaban desarrollando mecanismos mentales que les ayuden a observar el futuro, a desentrañar los misterios de las cosas. En otras palabras, a descubrir los lenguajes de la naturaleza. Esto puede ser cierto, a veces en medio de un sueño, de un libro, de una plática, se ve el futuro. Un libro, por otra parte puede cambiar las cosas, a veces parece que no tanto, pero con el tiempo la consciencia es remecida, es que un libro es como el sueño compartido de otra persona. Los libros de Manuel Scorza son un claro ejemplo de esto, sus textos van más allá de lo predicible, la gente piensa diferente después de leer Garabombo el Invisible o Redoble por rancas; claro que también esta es otra posibilidad más.Me gustan mucho los libros de Manuel, supongo que a otros no tanto, y a otros más, a veces su lenguaje es dificil, en ocasiones oscuro, a pesar de no parecerlo tanto. La tentativa del triunfo, el seguir adelante, se nos ha acostumbrado a ganar, a ser los mejores, a tener cosas grandes, con esto se olvida lo que hay en el libro; es una distracción del ambiente, hay una pugna, interna, externa y a muchos niveles más. El corolario de la sinopsis, y es que es una pequeña tentativa, es que los sueños son como los libros, es decir, sueños compartidos, y la realidad muchas veces le hace el juego contrario a los sueños, por lo tanto a los sueños que compartimos.