El otro día estuve escuchando una canción de U2, "Beautiful day", así es como la recuerdo...La vida está hecha de días, de momentos intensos y otros más tranquilos, a algunas personas les gusta la voragine de la vida diaria, otras prefieren la tranquilidad de un día soledado o nublado. Creo que hay muchas formas de ver la vida, desde la de un soñador hasta la de una persona totalmente materialista. Algunas personas quieren tener mucho dinero y riquezas y otras esperan tener tranquilidad y algo de paz.
Encuentros de personas, algun amor, un día soleado, la voz de un hermano que habla de un viaje que hizo a un lugar lejano y otro que imagina una aventura en medio de la sala, mientras escucha o piensa en el día siguiente.
El otro día lei un artículo interesante de Vargas Llosa, que hablaba de la verdadera felicidad, de lo que uno quería para no fracturarse, para estar feliz de la vida, de hacer lo que a uno le gustaba. No hay que desechar el hecho de que para vivir hay que tener dinero y una posición social, requisito indispensable en la sociedad actual, pero también se puede elegir el no preocuparse de la posición social y la riqueza, para esto se tiene que saber que el infierno no son los otros como Sartre sostenía; el infierno puede estar en cualquier parte.
Los días bellos como la canción de U2, están presentes en todos los momentos que uno vive, en una historia, un libro, incluso ahora, aunque la literatura y el cine han hecho de la felicidad el camino previo a su logro, son importantes para saber en que consiste esto que el hombre busca. En casa a veces veo a mis primos y hermanos y noto lo diferentes que somos, sobre como pensamos e imaginamos el mundo, sobre el por qué nos extraviamos en viajes que son como los de Hesse y de Verne, también creando selvas y bosques inaccesibles. Esto es también importante, que las cosas no sean dichas tan claramente, que exista un cierto misterio, pero que sea una puerta de entrada a lo que buscamos.
La desesperación de personajes tales como Gregorio Sansa en la Metamorfosis y la posición de Kafka en las cartas a su padre muestran que si hay fuerzas que están más allá de nuestro entendimiento y que ellas si bien existen también pueden vencerse, a pesar de que Gregorio se convirtio en un insecto, la obra nos abre la posibilidad de que eligamos mejor las cosas que queremos. No es que sea todo cierto, incluso al escribir se entra de nuevo en la felicidad y la infelicidad tantas veces como los personajes que se relatan, se vive una aventura con las penurias que uno tiene y que los otros comparten.