Radio Clásica

El Club de lectura leo luego existo

El Club de lectura leo luego existo
Un sabado de aventuras en el Cusco. Foto de ¡Eps!
Powered By Blogger

jueves, 8 de mayo de 2008

Algunos cuentos


En los cuentos de Camilo, como en las historias terroríficas, se siente la presencia de fantasmas, los que te hablan o por lo menos están escuchándote. Cuando se lee el café de artistas y al observar sus otros cuentos, en los que dice que si uno piensa en ser un fantasma con el tiempo se convierte en uno, se siente la predeterminación de un destino.

Sobre todo al leer los relatos de José, se nota una presencia, es como si esos fantasmas estuvieran conversando contigo, cada vez, o en momentos, acurrucándote o estremeciéndote. A pesar de eso no hay nadie a tu alrededor.

La calle, la casa, todo parece desierto, aún así hay mucha gente caminando, también está el recuerdo de los pasos. La gente te toca, pasa a través de tu cuerpo, de la piel, de tu espíritu, por eso a veces, cuando duermes, el espíritu se te escapa, sale de tu cuerpo, para hacer aquel viaje que siempre estabas esperando; como ya lo mostraban los filósofos griegos.

Una circunstancia, un lugar que no conocemos y que parecía serlo, tal vez en ese viaje lo conociste, o sin darte cuenta un espíritu, un comentario o una foto te hayan hecho descubrir ese sitio. No son solamente fantasmas o espíritus, es el cuerpo frente al cuerpo, la ciudad de Caral, el canto de un gorrión, la primera ciudad y un canto que lo acompaña.

Las aves conocen muchos lugares y puede que nos comuniquen algo. Las cosas no dejan de existir a pesar de que el canto desaparezca, aunque es probable que se escondan un poco. Detrás de Caral es probable que encontremos otra ciudad y otro lugar (antes o después), con aves que posiblemente ya hayan muerto.

En algunos lugares, en museos, centros culturales, se ve una ciudad virtual, de cómo era. La computadora hace ver las cosas que están dentro de nosotros, diría alguien y puede que sí, tal vez es como un reflejo de nuestro interior y que ese lugar que recorremos, ese sitio o museo, haya sido divisado por unos ojos que aún recordamos haber visto en un espejo o en un riachuelo... La ciudad nuevamente se despierta, junto al aliento de las personas, pero la imagen se esconde por un momento; mañana, otra vez, aparecerá.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esta interesante, pero le faltan algunas imagenes para que este un poco mejor