Un vuelo que empezó como sin querer, casi como siempre, la ciudad de Lima es algo así como un espejismo, la neblina que la cubre, la gente que a veces no ve al que está a su lado, sobre todo los autos y las combis, que pasan, incluso cuando hay luz roja. La ciudad no es tan grande, por lo menos no lo es tanto, las casas tienen la misma forma que las casas de nuestros abuelos, otras son más modernas. La ciudad en sí, sobre todo el centro de la ciudad es algo sacado de un cuento de suspenso, es bonita, creo que debería convertirse en un lugar de museos y centros culturales, como la casa de la literatura; pero que además los otros edificios sean casas del cine, museos, el palacio de Justicia y el palacio de gobierno bien pueden serlo. Desde la casa de la literatura, a la que entre a leer unos libros de Eielson, unos poemarios, como "la noche oscura del cuerpo", se pueden ver la niebla, a la gente, escuchar los autos, conversar con una joven que lee también a Eielson y un señor que me confunde con alguien.
El Club de lectura leo luego existo
miércoles, 22 de junio de 2011
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