Sigmundo Salvatrio tiene que viajar a un París extraño. Al llegar descubre y conoce a un conjunto de personas, muy curiosas. Craig, su maestro, le da como arma un pequeño bastón. A partir de ese momento Sigmundo tendrá que liar con problemas y sucesos inesperados.
Darbon cae desde el segundo nivel de la torre Eiffel y se desgañita en el suelo. Tras una paciente investigación se llega a saber que lo ocurrido es por una trampa, aunque es un enigma el nombre del asesino y también algunas de las razones del crimen.
Los detectives, que son casi doce o tal vez son doce, hablan de muchos crímenes, como aquel que solo se produce por las palabras escritas o comentadas, o aquel otro de un hombre que mata a un amigo, nada menos que con una pista falsa que luego de unos días conduce a su amigo a un libro envenenado.
Es sorprendente la serie de asesinatos que se suceden, uno tras otro y como los detectives empiezan a resolver los casos. En un momento ellos ven las estrellas y olvidan el desnivel que está a unos pasos. Una interesante historia, en la que los investigadores trataran de descubrir quien es el causante de los misterios y enigmas.
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